Editorial The New York Times: Una norma única para los terroristas
The New York Times
Martes, 10 de mayo de 2005
En nombre de la credibilidad, la consistencia y la justicia para las 73 víctimas, a Luis Posada Carriles, el principal sospechoso del atentado en 1976 a un avión civil de Cubana, no se le debe otorgar asilo político en Estados Unidos, donde se piensa que entró ilegalmente hace seis
semanas.
Por el contrario, debe ser arrestado y extraditado para juicio, no solo por el ataque al avión civil, sino también por otros ataques terroristas que ha reconocido haber planificado, incluyendo uno en 1997 que mató un hombre de negocios italiano que visitaba La Habana.
Juzgar a Posada Carriles en Estados Unidos por estos crímenes pudiera ser difícil, sino imposible, porque estos no ocurrieron aquí y las víctimas no eran norteamericanas. Desafortunadamente, la administración Bush no cree en la Corte Internacional de Justicia, la cual hubiera podido ser la sede ideal para este juicio. Esto deja la inapelable opción de hacer honor a la solicitud de extradición que ya ha presentado Venezuela, la base principal de operaciones de Posada durante el período del atentado al avión civil.
Ya que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, es un aliado cercado de Fidel Castro, esto significa que el Sr. Posada pudiera terminar siendo juzgado en la Habana.
El Sr. Bush ha convertido el tema de dar asilo a los terroristas en un punto esencial de su firme claridad moral. Pero hacer lo moralmente claro en este caso pone en riesgo la retribución en las elecciones de una comunidad cubano-americana ferozmente anticastrista que ha ayudado a convertir a la Florida en la columna republicana en las recientes elecciones. Una salida pudiera ser deportar al Sr. Posada a un país europeo que estuviera dispuesto a juzgarlo o enviarlo a la Corte Internacional de Justicia.
Lo que la administración Bush no puede hacer es darle refugio al Sr. Posada otorgándole asilo político. Desde el 11 de septiembre, Estados Unidos se ha vuelto tan celoso en sus esfuerzos para excluir a potenciales terroristas de suelo norteamericano que ha hecho más difícil para los genuinos refugiados, que huyen de una persecución mortal en sus paíse
Hay dos situaciones que producen historias interesantes: cuando una persona extraordinaria vive en circunstancias ordinarias, y cuando una persona ordinaria interviene en hechos extraordinarios.
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