Wednesday, September 28, 2005

Viernes NORTEC en la PULGAS V3


Nortec en Las Pulgas V3

30 de septiembre

Presentación oficial del disco
"Tijuana Sessions Vol. 3" con:

Bostich * Clorofila * Fussible
Hiperboreal * Panóptica


Rosco (Impala Discos/D.F.) Markalan (Siesta/Kimika/S.D.) Colectivo Nortec + Banda Agua Caliente + Músicos Invitados Dj Inanna (FSM Records/Boston/ L.A.)

"Teatro Las Pulgas"
Ave. Revolución, frente al Jai Alai
Tijuana, México PREVENTA $150 M.N. Tijuana: MamaMia Pizza - Uncut
En Caliente Café (playas) - Café Latitud 32 (playas) - Radioglobal
Ensenada: Pueblo Café Mexicali: Hot City (UABC) Mayores de 18 + ID
9:00 PM - 5:00 AM

Cerveza $12.00 M.N. http://www.utopika.cc

Este viernes 30 de Septiembre congreso VAMOS

“La Comunicación como Aliada para la Equidad”
Fecha: 30 de Septiembre del 2005
Lugar: Hotel Camino Real, Tijuana, B.C.


9:30 a 9:45 hrs. Bienvenida
Acto Inaugural Lic. Eugenio Elorduy Walter
Gobernador del Estado, Baja California
Lic. Patricia Espinosa, Directora
Del INMUJERES, Nal.
Lic. Gabriela Navarro Peraza
Directora INMUJER, B.C.
Lic. Javier Julián Castañeda Pomposo
Secretario de Desarrollo Social del Estado

10:00 a 11:00 hrs. Conferencia
“Comunicación como elemento
fundamental para el cambio
cultural y el desarrollo”
Sara Lovera, Periodista CIMAC.

11:15 a 12:15 hrs. Conferencia
“Por que es necesaria la perspectiva
de genero en los medios
de comunicación” Maestra Olga L. Bustos Romero,
UNAM


12:45 a 14:45 hrs. Panel
“Comunicación, Mujeres y Equidad”

Un análisis a los Medios de comunicación en cuanto a los estereotipos que ofrecen de la mujer.
Posibles participantes:
Araceli Domínguez
Colila Eguìa
Exaltación González
Guadalupe Bejarle
Lourdes Maldonado
Luz Elena Picos
Mónica Palomares
Roxana di Carlo

14:55 a 15:00 hrs. Clausura Lic. Javier Julián Castañeda P.
Secretario de Desarrollo Social
Del Estado.

Tuesday, September 27, 2005

Sin duda es un buen carro CHEVY C2












Por qué comprar el CHEVY C2


1.- No hay nada mejor que un carro del año
2.- Es muy económico, su gasolina me ha durado hasta casi 700 kilómetros de un solo tanque. (de Tijuana a Phoenix), dos tanques de: San Carlos, Sonora pasando por Nogales, llegando a San Diego California EU.
3.- Está asegurado contra todo incluso si me quedo sin gasolina.
4.- Es el único carro diseñado en su totalidad por mexicanos lean este reportaje de los creadores:

En un país donde el diseño es importado de Europa, EUA e incluso de Sudamérica, es muy importante resaltar el proyecto del Chevy C2, para el cual, General Motors confió en un grupo de jóvenes profesionistas mexicanos del Centro Técnico de Toluca. Ingenieros, mercadólogos, y un sinnúmero de personas colaboraron en el proyecto, pero ahora sólo nos centraremos en los diseñadores industriales.

Miguel Calderón, Humberto Ortíz y Jorge Rodríguez , egresados de la Universidad Anáhuac, de la Iberoamericana y del Centro de Investigaciones de Diseño Industrial de la UNAM, respectivamente, estuvieron a cargo de llevar a cabo el rediseño del Chevy C2; probablemente, el proyecto más importante en su tipo en México.

El reto era difícil: tomar el coche anterior ¿con el mismo chasis básico? y hacer uno que pareciera distinto. El costo era el mayor impedimento, ya que hacer una sola pieza nueva requiere una inversión importante, por lo cual se conservaron las laminaciones de las puertas, toldo y salpicaderas traseras. Las piezas exteriores nuevas son las luces delanteras, calaveras, fascias, parrilla, cofre, salpicaderas frontales y tapa de la cajuela. Por dentro, casi todo se ve diferente, excepto algunas piezas del anterior Chevy (controles de ventilación, manijas y asas de puertas) y otras provenientes del Corsa (salidas de aire e interruptor de luces).

Esta es la entrevista completa, que es algo larga, pero muy interesante y reveladora:

¿Cuál fue su grado de participación en el proyecto?
Todos. ¿Los tres colaboramos desde el principio en la conceptualización? de las primeras ideas, tanto del interior como del exterior, mediante lluvias de ideas, con muchos conceptos representados en bocetos realizados a mano y en computadora. Más adelante, conforme avanzaba el proceso, cada uno se fue especializando en algún aspecto del vehículo: Jorge en el interior (tablero, consolas, volante, palanca); Humberto en la carrocería, haciendo modelos digitales tridimensionales, y Miguel en color
and trim (colores, texturas y ambiente).

A+ ¿Quiénes más participaron, y cómo fue su interacción con ellos?
Jorge Rodríguez. ?Nuestra labor fue parte de una actividad orquestada, en la que participaron muchas personas; nosotros estuvimos a cargo de la apariencia. Debido a que en México somos un equipo relativamente pequeño, y tuvimos la fortuna de seguir el proyecto desde los bocetos hasta que el vehículo se puso en producción. Durante el refinamiento del diseño, teníamos juntas periódicas con las áreas de Mercadotecnia, Ingeniería y Planeación para asegurarnos que los objetivos de diseño se estuvieran cumpliendo según los lineamientos originalmente planteados y que al mismo tiempo se acataran los requerimientos de manufactura.

A+ ¿Cuáles fueron las etapas del diseño del C2?
Humberto Ortíz. ?Primero, generamos conceptos por medio de bocetos a mano y por computadora; más tarde realizamos modelos matemáticos digitales en tercera dimensión. De ahí se hicieron modelos en arcilla, que sirvieron de retroalimentación para afinar las formas. Realmente no podríamos ahondar demasiado en los detalles del proceso por obvias razones.
Miguel Calderón. ?Una vez que liberamos las formas, entonces intervinieron unas personas muy capaces: los ingenieros de estudio ?ellos son la transición entre un diseñador y un ingeniero?, que se encargaron de hacer de nuestros diseños, piezas manufacturables. Una vez hecho esto, dimos seguimiento a lo que denominamos armonía: esto es, hablando coloquialmente: cuidar que los espaciamientos entre partes, los ensambles, los colores, las texturas, etcétera, queden acordes, tanto en el interior como en el exterior.
J.R. ?En esta etapa se revisó que todas las piezas que salieron de las primeras pruebas de inyección (sin textura) no tuvieran rebabas, defectos, ondulaciones, etc. y emitíamos reportes con los cambios necesarios para mejorar la apariencia. O sea, cuidábamos la calidad de cada parte escrupulosamente.
H.O. ?Tal como lo mencionó Jorge, seguimos el proyecto hasta sus últimas etapas; por eso, el C2 es un vehículo que si le observas las uniones, los espacios entre piezas y los detalles en general, vez que la calidad está por arriba del segmento.
J.R ?Tal como lo dijo a su llegada a la empresa el Sr. Bob Lutz (Vice Chairman de GM): "se debe poner atención en el detalle". Y precisamente, nuestra labor fue poner el vehículo bajo una lupa y afinar todos los detalles, obviamente dentro de los parámetros de costo que el rango de precios del segmento del C2 nos permitió.

A+ De los bocetos iniciales, que pueden estar súper "fumados", ¿qué restricciones tuvieron para llevar esas formas a la realidad?
H.O. ?Una de las cosas que nos empeñamos en mantener fue el drama ?el impacto visual?. La proporción es uno de los aspectos primordiales; ésta debe ser tal que haga ver al coche visualmente estable; que no parezca tener unas llantitas, el cofre muy levantado, la parte de atrás caída, etcétera. Eso es PROPORCIÓN. En segundo lugar, el drama se refiere a una ligera exageración: engrandecer el tamaño de las ruedas, exaltar algunas líneas de carácter, todo a nivel boceto, pero que en la realidad no llega a ser tan exagerado?
J.R. ?Que más que exageración es un énfasis.
M.C. ?Es como la moda: puedes ver vestidos extravagantes en los desfiles, pero que en la calle nunca vas a ver una prenda así?
H.O. ?Sin embargo algo de esa tendencia se quedará en los vestidos que se compran en una tienda. Ese es el drama del que hablamos. La línea central que tiene el cofre del Chevy, por ejemplo, es un detalle que existía desde los primeros bocetos, y que procuramos conservar en el vehículo.

A+ ?Pero no te puedes salir mucho del promedio; hay miles de camisas con pequeñas variaciones. En este aspecto, ¿cuál es el equilibrio en el diseño de un auto?
H.O. ?No puedes salirte mucho de lo establecido tratándose de coches, porque no se trata de un objeto que usarás dos meses y luego tirarlo; te durará mucho tiempo, y no puedes irte a los extremos de lo súper moderno o anticuado?
J.R. ?O el coche podría ser rechazado. Por ejemplo, se podrían lanzar vehículos con un aspecto radicalmente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, pero seguramente causarían un impacto ante la gente que podría ser riesgoso para la aceptación del producto. De alguna manera, un diseñador tiene la responsabilidad de lograr que el público o el cliente entienda las formas dentro de una contexto global, mediante la realización de conceptos que se encuentran dentro de tendencias comunes. Por esto, la gente acaba opinando que muchos coches se parecen entre sí.

A+ GM ha resaltado mucho el diseño interior del C2, ¿qué me dicen al respecto?
M.C. ?El coche está lleno de pequeños detalles y acentos que lo hacen sobresaliente. Dentro de la parte de tendencias, se nota que los vehículos han dejado de ser solo medios de transporte; ya no son solo coches, ni cajas que te subes y te llevan, ahora son algo que refleja tu personalidad y parte de ti. Tal como tú resaltas tu persona con detalles y acentos, como una corbata o zapatos, que te hacen ver diferente?
J. R. ?Si te fijas, los interiores tienen tonos cálidos, precisamente para hacer el producto más atractivo para el sexo femenino; ya que de acuerdo a nuestros expertos de mercadotecnia, las mujeres son muy importantes para este segmento. También le dimos un toque conservador, lo cual nos ayuda para que gente de mayor edad lo acepte. Ahora bien, la zona del conductor tiene piezas de color negro y de diferentes materiales y texturas, como el volante, la cúpula de los instrumentos, la palanca, la consola; ¿por qué?? Por que son exclusivos del que maneja, le estamos diciendo que esa es su área de dominio, mientras que el resto de los pasajeros van más relajados, dentro de un ambiente más suave. También tenemos una armonización de acabados cromo-satinados en los centros de las agujas, en el emblema del volante y en la palanca.
H.O. ?Este cromo satinado le da una sofisticación al C2; queríamos que el vehículo, a pesar de que es económico, sea elegante a la vista.
M.C. ?Otro punto que quiero agregar es que los tonos claros dan más frescura y tranquilidad; contrario a las partes negras que refirió Jorge, que al ser parte del área del conductor, hacen sentir un ambiente más tecnológico. Las piezas son claras en el tablero, en las puertas, en los postes, haciendo percibir más amplitud.
J.R. ?Un gran reto fue lograr la armonía interior, ya que al conservar algunas de las partes del Chevy anterior, con color y textura ya preestablecidas, tuvimos que buscar la manera de adaptaras al nuevo concepto sin alterar la nueva estética que queríamos manejar.

A+ ¿Qué es lo destacable del diseño exterior?
H.O. ?A las calaveras y los faros quisimos darles un nivel más sofisticado. Comparamos luces de vehículos del más alto nivel, todos con una tendencia europea, y decidimos incorporar para estas partes el efecto joya, en donde el diseño de los reflectores con figuras geométricas y micas translúcidas generan brillos y reflejos intensos. Esto fue una máxima diferenciación a un mínimo costo.
J.R. ?El orgullo por la marca también es algo que tocamos aquí. Había una tendencia de hacer los emblemas cada vez más pequeños, y entonces ¿dónde quedó la marca?, ¿cómo reconoce la gente a la marca?? Algo muy importante es que queríamos hacer lucir al auto orgulloso de su marca, por lo que los enaltecimos, aumentando su tamaño tanto en la parte frontal como posterior, y los hicimos cromados. También se decidió limpiar el C2 de letreros. Por ejemplo, el logotipo anterior del Chevy, tenía letras muy divertidas y juguetonas, como caricatura; ahora, el nuevo diseño muestra una tipografía que te esta diciendo: "ya crecí, soy más maduro y con carácter".

A+ La gente ha estado opinando que el nuevo Chevy se parece al Clio, al Neon, etcétera; ¿por qué no diseñaron el C2 con mayor distinción?
H.O. ?Nosotros procuramos seguir el carácter de nuestra línea de autos europeos. El vehículo siempre ha tenido un diseño carismático y así lo quisimos conservar, sin perder la esencia europea ni el carácter de marca que tenemos. Hay tantos coches en el mercado que algunos rasgos podrían tener alguna similitud; pero fijándose a detalle, la línea del C2 tiene parecido en esencia a los nuevos modelos de nuestra familia europea como el Opel GTC, recién presentado en Ginebra.
M.C. ?Hay mil marcas, mil coches; no podemos descubrir el hilo negro? Entre un gran número de posibilidades que hay en México, hacer uno más no es tarea fácil. Dentro de los lineamientos de diseño muy particulares que se tengan, como lo decía Jorge anteriormente, procuramos seguir las tendencias de diseño globales. Por muy paradigmático ?que rompa con lo establecido? que sea un diseño, por lo general siempre trata de respetar estas tendencias para no arriesgar su aceptación.
J.R. ?Hay que hacer notar también que tuvimos que respetar algunas partes que se conservan del auto original; no podíamos hacer las nuevas piezas de una forma radicalmente distinta, o de lo contrario se habría "divorciado" el diseño. Fue un reto porque, a pesar de usar recursos que ya existían (como la forma de la carrocería básica, que sigue siendo la misma) nos preguntábamos: ¿cómo hacer nuevo un coche que fue diseñado hace 10 años? Ya se ha mencionado y lo reitero, que tratamos de conservar el carisma del auto original; para continuar con la aceptación de nuestros clientes. Por último, a nivel proveedores, la tecnología va también en una tendencia, y si nosotros desarrollábamos algo que estuviera fuera de lo establecido, sólo por propuesta de diseño, los costos serían tremendos.

A+ Hablando de tendencias, ¿cómo saben a dónde se va a dirigir ésta?
M.C. ?Es realmente difícil saberlo, ya que el mundo cambia muy rápido; sin embargo, el futuro de las tendencias se puede ver ya en el presente, en otras marcas, en diseños de ropa o productos; el tiempo actual es un pequeño reflejo de cómo será el mañana. Hay una clara tendencia actual por un diseño más limpio, y pues si sigue así, entonces en el futuro cercano seguirá siendo del mismo modo.
J.R. ? Este tema es muy interesante, y diseñar el futuro no se trata sólo de "fumársela" un rato y tratar de inventar¿cómo será?...Las tendencias también van muy ligadas a la tecnología que se va desarrollando, brindando a los diseñadores el uso de nuevos materiales con características muy interesantes como nuevas propiedades físicas, colores, etc. Si por ejemplo, hay un nuevo material que proyecta imágenes, y es autoluminicente de noche y dices ¡guau!; entonces, podríamos utilizarlo para desarrollar una tendencia, que el diseñador puede aplicar en la creación de una serie de productos para el futuro. Muchas veces, con base en los nuevos desarrollos tecnológicos uno puede hacer predicciones y de esta manera se puede intentar diseñar el futuro. Hay veces, que la gente siente nostalgia por los estilos antiguos, por lo cual los diseñadores echamos un vistazo al pasado para rescatar ciertas tendencias; luego se replantean los objetivos y se adaptan a las tecnologías actuales y entonces surgen nuevos estilos futuristas.
H.O. ?Antes, los diseñadores de autos era gente que tenía gasolina en las venas y que diseñaba sólo por la pasión de la máquina; ahora, para diseñar es necesario analizar la arquitectura moderna, productos de vanguardia, moda, gráficos, etcétera, que nutren la mente y nos dan más elementos para aplicar en los conceptos de nuevos vehículos.

A+ ¿En qué se basaron para definir las formas del Chevy C2?
Miguel Calderón. ?Partiendo de los requerimientos de Mercadotecnia y planeación, realizamos un estudio previo de tendencias para buscar los parámetros de moda y diseño y lo que la gente buscaba. Hecho esto, determinamos dirigir el diseño hacia lo europeo y lo juvenil.
H.O. ?Antes de diseñar, hicimos ?inspirational boards? ?cartones llenos de fotos? con imágenes de arquitectura, productos, etc. Y los utilizamos para nutrirnos de nuevas ideas. El mercado ha crecido tanto en México que la gente se esta acostumbrando a ver productos y autos de gran nivel, como Saab o Cadillac; por eso, nosotros tratamos de diseñar el C2 como un vehículo que incluyera detalles de primer nivel como los que traen estos autos, aunque su segmento se encontrara dentro de los económicos, y así brindarles a nuestros clientes un auto del cual se pudieran sentir orgullosos.

A+ ¿Vieron otros coches?
H.O. ?¡Claro! Analizamos la competencia, no sólo del nicho de mercado del Chevy, sino también de los nichos de autos elegantes.

A+ Hasta ahora hemos hablado de lo que ustedes deciden; pero, ¿cómo toman en cuenta el cliente? ¿Quiénes decidieron la forma definitiva del C2?
H.O. ?Tuvimos que trabajar con gente de mercadotecnia para que, a través de ellos pudiéramos incluir la voz del cliente. También trabajamos con ingeniería. Entre todos los departamentos nos conjugamos muy bien para hacer el diseño de la manera más óptima. Como diseñadores, nuestro reto era explicarles a las demás áreas porqué habíamos hecho las cosas de tal o cual modo; pero, contestando a tu pregunta, las formas del C2 fueron la decisión de un conjunto de cabezas, pertenecientes a diversas áreas como Diseño, Ingeniería, Manufactura, Mercadotecnia y Planeación principalmente, y quiero enfatizar que todos los grupos de la corporación dieron un 110%, cuestión que se refleja en el auto. Por ejemplo, por parte de Ingeniería, el orquestador del proyecto fue el Ing. Oscar Marín; del área de Planeación, el Ing. Hector Villareal; por parte de Mercadotecnia, el Sr. Eric Ramírez y su equipo, que hicieron un gran trabajo. Hay una lista interminable de excelentes profesionistas y trabajadores de más áreas de la compañía que se abocaron al desarrollo y buen termino del proyecto, que sin duda alguna son merecedores de un gran reconociemiento.

A+ ¿Y cómo saben que le va a gustar un coche a la gente? ¿Hicieron clínicas (investigación de mercado a través de grupos de opinión sobre un producto) del Chevy?
H.O. ?Un auto puede tener buena tecnología, buena calidad, pero si a la gente no le gusta no lo va a comprar. Es ahí en donde Mercadotecnia y Planeación nos daban datos para seguir...
J.R. ?Podríamos resumir la pregunta en tres elementos: Por un lado, como GM, conocíamos bastante bien al cliente de este auto, cosa que ayudó mucho para interpretar los gustos de manera objetiva. Por otro lado, respetar y entender bien las tendencias que este cliente busca, para luego reflejarlas en el coche. Finalmente, un diseño atinado; o sea, tratamos de lograr una buena proporción dentro de parámetros armónicos con calidad. Cuando se desarrolla un producto con estas características, seguramente, uno puede alcanzar buena aceptación.

A+ ¿Quiere decir que descartaron la opinión de la gente?
M.C. ?No, como te comentábamos, a traves de Mercadotecnia se contó con retroalimentación por parte del cliente objetivo, la cual fue información que nos funcionó como espina dorsal para la etapa inicial de ?conceptualización?. Por otro lado, también se podría decir que hicimos? encuestas mudas, (ese nombre lo acabo de inventar ahora). Déjame te explico: una característica de un diseñador o de la gente de Mercadotecnia es ser un buen observador. Tú me dices ahora algo con tu camisa, él con su saco, o él con su corbata ?señalando a Humberto y a Jorge?. Todo mundo dice algo sin palabras.
J.R. ?Conociendo a nuestros clientes, podemos conjeturar ciertas cosas. No hicimos encuestas de boca en boca, pero sí nos fijamos en la actitud, en la moda, en la presencia del nicho de mercado, entendimos y tradujimos todos esos elementos en conceptos objetivos que aplicamos al auto.

A+ Si rediseñaron este coche, ¿por qué mejor no hicieron uno nuevo?
H.O. ?El Chevy es un auto muy conocido en México, la gente sabe sus ventajas, y además es hecho en este país. Así que tenía mucho sentido mantenerlo por más tiempo, pero con una imagen más actual?

A+ Esto es, un coche totalmente nuevo habría sido muy caro, ¿no?
M.C. Es mejor aprovechar la inercia que tiene uno anterior, en lugar de presentar uno nuevo, que podría ser un éxito o un fracaso. Mejor renovarlo; darle más fuerza y más valor.
J.R. Y también, ¿para qué cambiar en su totalidad algo que ya es bueno y aguantador?; es mejor actualizarlo y complementarlo con más atributos para nuestros clientes a un costo igual, ¿no?

A+ ¿Por qué se quedó el nombre Chevy?
J.R. ?Precisamente por eso. Cuando hay una buena imagen formada, lo menos que quieres es sepultarla; por el contrario, se aprovecha la popularidad que ya se ha logrado y se le da una cara evolucionada. Sin embargo ésta fue una decisión de la gente de Mercadotecnia.
J.R. ? El Chevy, cuando salió, era la maravilla; a las mujeres les parecía tierno, paro también lo pude ver en el trafico con señores de diversas edades, por lo practico y rendidor, yo creo. Al coche que ya es querido por el público, le hicimos una evolución. Honestamente, estamos diciendo: es un Chevy 2, que estamos mejorando en muchos aspectos. En especifico son 36 las mejoras que van desde la apariencia hasta su ingeniería, que se pueden notar en su diseño, desempeño y seguridad.

A+ ¿Y el nombre "C2"?
M.C. ?C2 era como lo llamábamos ?al proyecto del nuevo Chevy dentro de GM, y coincide con "C" de Chevy y 2, de segunda generación.

A+ ¿Se hizo todo el diseño en México? ¿ayudaron filiales de otros lados del mundo?
J.R. GM es una empresa global históricamente; la automotriz más grande del mundo, con mercado en todos lados. Nosotros usamos estos recursos globales. Fue una gran oportunidad que la corporación quisiera que hiciéramos el diseño, porque nosotros conocemos muy bien el mercado, el coche y a la gente. Hicimos el desarrollo tanto en el Centro Técnico de Toluca, pero usando recursos a nivel global de la Corporación.

A+ ¿Dónde están las máquinas de modelación en arcilla? (Ellos desvían la mirada y me hacen saber que no están autorizados para responder esto).
H.O. ?Usamos recursos globales, como te comentaba. Finalmente, la ventaja de la empresa es que tiene mucha tecnología; quizás no toda en México, pero parte en otros lados del mundo, y podemos hacer uso de ésta.
J.R. ?Podemos decir que para parte del desarrollo tuvimos mentores con experiencia impresionante dentro del Design Studio de GM Corporación, que nos echaron la mano en el desarrollo.
H.O. ?Algo que nos gustaría comentar es que no tuvimos la oportunidad de dormir mucho durante el desarrollo, ¡ja, ja!, ya que tuvimos la oportunidad de entrenarnos en la escuela de diseño automotor más reconocida de Detroit (tal vez del mundo): el CCS ?College for Creative Studies?, Allí conocimos a nuevas generaciones de diseñadores que, por cierto, vienen agresivísimas. Son muchachos que a veces no duermen en 3 días, y nosotros tuvimos que estar al mismo nivel, entre el desarrollo del coche ?el C2? y la escuela: todo junto. Esto fue un aprendizaje muy grande.

A+ Han mencionado mucho a Europa; ¿acaso es el único lugar donde se hace moda?
H.O. ?Nuestro público de pronto ve en la calle un Saab, un Alfa, un Ferrari?
A+ ¿Pero por qué no un Cadillac?
H.O. ?Cadillac ha convertido su imagen en algo más europeo, como el Cadillac CTS o el XLR, que son unos carrazos y compiten contra los europeos más prestigiados. He percibido que el público en México tiene un gusto más europeo en autos, y estadounidense en camionetas; lo oriental es bien recibido, pero lo que más gusta son las tendencias de Europa. Hemos notado como diseñadores que la gran mayoría de las marcas, de Oriente y de EUA se están europeizando.
J.R. ?En Europa se vive una gran emotividad; por ser la cuna histórica del arte, existe una gran riqueza, que se representa en las artes y en los productos. Los objetos hablan por sí mismos, y la gente busca mucho esa expresión. Hay ciertos mercados con vehículos un poco ordinarios; a veces los mismos estadounidenses tendían a eso, ya que la comodidad era más importante que la practicidad, como tener una sala móvil, por ello el resultado exterior era el tener un auto enorme, que alimentaba un simbolismo de poder. En el caso de los europeos, la posguerra los obligo a desarrollar autos más prácticos, más económicos de mantenimiento y mas rendidores, debido a la escasez de recursos, por eso la imagen del auto europeo en general es que portan lo necesario, con gusto y refinamiento; sientes el coche; o sea, la máquina. A parte, cuando te sales de éste, es una pieza bella. Todo esto se manifiesta en el arte, en los objetos, en la moda; por eso, yo creo que muchos ojos están mirando a Europa.
H.O. ?Otra cosa importante y sencilla de decir es que los coches con mejor proporción son los europeos: los voladizos, el tamaño de llantas, son perfectamente proporcionados. No digo que en otros lados del mundo no lo sean, pero la mejor está en los autos de Europa.
M.C. ?Preguntaste si sólo Europa hace moda. Desde mi punto de vista, te podría que sí en un alto porcentaje. ¿De dónde vienen los grandes diseños?; hay más casas europeas generalmente. Hasta hace poco, todo lo que venía de EUA a México era lo máximo; ahora la gente voltea más hacia Europa. Fíjate en la cantidad de coches europeos que se están vendiendo en México? se nota una tendencia hacia el gusto Europeo.
J.R. No queremos decir que los productos de otros lados no son del nivel de los europeos, lo que pasa es que nuestro país se asemeja mucho a las características de Europa en diversos aspectos y sus productos nos son favorables; finalmente somos latinos, ¿no?

A+ De ahí, la razón de los Opel.
M.C. ?Sí. Vemos que nuestra colección europea tiene muy buena aceptación de la gente.

A+ Cambiando un poco de tema, ¿es pura impresión mía, o el asiento del conductor del C2 está más arriba?, ¿qué cambios tiene?
M.C. ?Realmente la estructura del asiento es la misma que la anterior, pero los colores en el auto y el nuevo diseño de tablero y paneles de puerta hacen percibir un mayor espacio interior, yo creo que eso es.

A+ ¿Viendo el proyecto en retrospectiva, qué le hubieran hecho al Chevy?
Todos ?Para lograr una mayor diferencia lateral contra el anterior, remodelar el ?skin? ?laminación exterior?, cambiar los espejos y usar rines de 15 pulgadas.

Tomado de la revista Terra
Orgullo mexicano

Un diseño bien realizado, y hecho en México, se nota en el nuevo Chevy C2


Por: Rogelio Rivera Nava
http://www.terra.com.mx/Automovil/formato.asp?articuloid=128924&paginaid=1&formatoId=1

Conferencia Magistral: Paul Lippert

Conferencia Magistral: Paul Lippert (11:15 - 12:30, 22 de septiembre) --reseña
Por Isela Rodríguez y Tania González



Conferencia Magistral: Paul Lippert

Personaje importante en el mundo de la Comunicación e investigador de la Media Ecology Association quien abordó puntos esenciales y enfatizó en la comprensión de los medios de comunicación.

Mencionó la importancia de entender a los medios como disipadores de contenido y contribuyentes a la formación de una cultura, de un contexto cultural dependiente del tiempo y del espacio, ya que son aspectos que nos permitirán abrir una nueva perspectiva orientada a la comprensión y al análisis.

Paul Lippert maneja siete conceptos para analizar a los medios, comprenderlos y entender sus cambios:

1. Entorno: entender que los medios son parte de nuestro entorno (casa, escuela, entre otros) nos lleva a dejar de ver a los medios como objetos y mirarlos como parte -como ya lo hemos mencionado- del entorno, de nuestro contexto cultural y de la constante transición que nos brinda la tecnología.

2. Sesgo sensorial: determinación de ciertos niveles de percepción, “visión direccional” que se enfoca y se dirige a saber escuchar y analizar. Localizar el pensamiento y volcarlo hacia atrás, analizar las metáforas, conceptos abstractos que se utilizan en cada discurso y que dependen de cada cultura.

3. Medios fríos y medios calientes (bases en las teorías de Mc Luhan): Los medios fríos –según se explica- son los medios con alta definición, en términos de una vasta información que nos permite aplicar más de un sentido, como lo es Internet y que además permite la interactividad por parte de la audiencia lo que los medios calientes no ofrecen, por ejemplo la prensa, radio.

4. Retribalizacion en la cultura electrónica: Proviene de la idea de revertir la forma tradicional de la cultura oral tradicional, a un ambiente tecnológico, lo que ha cautivado a los románticos desde los años 60`s, pero cuando el término de la oralidad implica que es mediada por otras tecnologías, se considera tribalismo debido a que proviene de un mundo donde se juega con reglas muy diferentes que aquéllos que sostuvieron una sacudida en la pre-literatura, que dio paso a la pre-tecnología.

5. Relación complementaria entre la especialización y estandarización en la cultura tipográfica: Relación entre la escritura y la impresión, lo más importante son los discursos que están creados mediante la inserción de símbolos (en términos de los estudios de Roland Barthes).

6. Dinámica centrada: La cultura marca las pautas de exposición ante el medio, visiones que varían acorde al tiempo y espacio.Además se sitúa en idea relacionada con monopolios de conocimiento donde hay veces que se excluyen a unos cuantos de la información relevante.

7. Es la noción de techné. Relacionado al concepto contemporáneo de tecnología: No es más que el estilo de vida de las culturas a través de las tecnologías que ha traído la modernidad, se habló desde la licuadora, el horno de microondas hasta la computadora, el iPod, lo que lleva a preguntarse ¿Cuál es la necesidad? ¿Cuál es la forma de vivir? y ¿Qué uso se hace de las tecnologías para esas dos cuestiones?

Finalmente y retomando lo mencionado por Paul Lippert, existe una brecha entre las teorías generales y la cultura de cada persona.( entidad, grupo social, región, etcétera) . Es por ello que consideramos que esta brecha debe ser remendada por medio del análisis, comprensión, conocimiento de los medios, la manera en que los contenidos son construidos.

Fotos del BINACOM en Hermosillo



Momentos buenos con mis alumnas y alumnos en Hermosillo, Sonora durante la 14vo. evento de BINACOM

Mis alumnas NEYK'S que volaron y ya extraño


Un sitio para reflexionar el acontecer diario

Ponencia de Paul Lippert.

Seven Useful Concepts from and for Understanding Media
Paul Lippert

You can tell a lot about a person by the way he or she reacts to a book like Understanding Media. As an outstanding work of genius, it shakes things up--shakes us up--and simply does not permit a complacent reading. It forces us to make judgments, to follow hints, to assess open possibilities of meaning. I once predicted that the ultimate conflict in human history would be not that between rich and poor, left and right, East and West, or North and South; but between what I call high ambiguity-tolerance and low ambiguity-tolerance personalities. That the two types have not yet assembled into opposing armies and annihilated each other, I believe, is eloquent testimony both to the fact that they live in such separate worlds of experience, as well as, ironically, to the essential complementary role that each plays for the other in society.
And yet in reading Understanding Media, or any of Marshall McLuhan's other works, it is not enough merely to be one of the former type. In this club, the critic William Empson's famous Seven Types of Ambiguity would seem to be just getting started. Not whether, but how we embrace the carefully crafted openness of McLuhan's writing will determine not only what we will make of it, but also what one can make of us.

This, of course, suggests quite a number of sensitive questions. And, of course, the more we depend on a simple "What is he saying?", the more we show our taste for the comforts of clarity and certainty. But this would be to insist on closure. This would be to focus on content apart from form. This would be to deny our own role in the process of reading McLuhan. For reading McLuhan is the kind of process in which the question "What is he saying?" must dialecticallyinteract with the question "What am I saying?" By this I mean that McLuhan's statements always provoke us to reexamine the assumptions, expectations, even worldview that we bring to the text. What is usually passive and implicit in us must be made active and explicit as we struggle for a method that will lead toward enlightenment.
As we all immediately discover, there is very little explicitly about method in the content of Understanding Media. In fact, it is the conspicuous gaps or absences in its content that invite our participation. And yet we get the impression throughout the work that it is all about method. "The Medium Is the Message," is a statement that applies to this book itself, as well as to its content. But it is not a question of merely taking up something that fills the void of our ignorance. Much more difficult, it is necessary that we modify, give up, or replace more limited concepts of method to which we ourselves have become accustomed. Teaching film to university students in the United States, I see this all the time. Having seen nothing but Hollywood films for the most part, it is hard for them to understand the industry's common value system and dramatic limitations. As McLuhan would say, they are like fish in water. It is hard for them to accept at first that in order to understand the movies they grew up with they need to see some foreign ones that they initially find quite baffling. For example, I find Vittorio De Sica's neo-realist classic The Bicycle Thief to be near-indispensable in helping them to see the absurdity of the inevitable happy ending or the limitations of the polar opposition of hero and villain. To understand Hollywood--or De Sica--they must learn to change something in themselves. And like those ambiguous drawings that the viewer can see alternately as representing one figure or another quite different one but never both at once, it is an all-or nothing process.

In the case of Understanding Media, we might even say that this involves something like a religious conversion. To borrow the title of Northrop Frye's famous analysis of the Bible, it is
The Great Code of media ecology. Quite simply, it represents a whole new form of sensibility. The question, of course, is, How do we get it?
This leads us to a classic conundrum: How do we use the form to understand the content, when initially, we had hoped to use the content to understand the form? In the philosophy of scientific inquiry, this is the kind of problem that emerges out of the discovery of the interdependence of fact and theory. Theories are dependent on facts for their articulation and reference, yet facts are dependent on theories for their very conceptualization. This mutual determination makes empirical verification an unreliable method. In anthropology, the cultural context and the emphasis upon interpretation increases the difficulty still more. A great gulf will always lie between general theories and specific observations of a culture. The anthropologist Clifford Geertz often employs the nautical metaphor of "tacking" in suggesting a means of coping. Like a ship sailing into the wind, we tack laterally between the abstract and the concrete as we attempt to progress in our knowledge. The stiffer the wind, the more frequently we shift our direction from side to side. In traditional folk wisdom, we might see it as a type of chicken and egg problem. This has the advantage of focusing our attention on the question of what comes first. In Geertz's figuration, it would be to ask, From which port do we set sail?
This would depend on where we are coming from. Geertz stresses the primacy of what he calls local knowledge, which comes from living contexts of human activity. Though restricted in scope, it has a practical relevance to its context. Correlated with other localities of knowledge, it suggests patterns which point to broader, more abstract understandings.
What I would like to do here is to start with two localities of knowledge: yours and mine. I have a list of seven concepts taken from Understanding Media that have been particularly useful to me in trying to grasp the monumental changes of our present age, and that I would like to discuss with you today. Although I do aim to some degree here to "explain McLuhan," what I believe would be more fruitful would be for you to hold my interpretations up against those produced in your own work and life. This is not to produce agreement or disagreement, acceptance or rejection--a point of view, as McLuhan would say--but to search for patterns which lead to better understanding media.
The first, and I think the most significant, concept to be found in Understanding Media is that of environment, along with the complementary concept of antienvironment. Media, and all technologies, surround us. Like a house or clothing, their significant influence on us is neither isolated nor specifically noticeable. Instead, they influence us more generally and pervasively, affecting the way we interact with everything around us. Their impact is formal, in the sense of Aristotle's concept of formal causation, which is so clearly explained by Eric McLuhan in the newly-published Book of Probes. In assessing the environmental qualities of a given medium, the crucial dynamic to grasp is that to the degree that it is capable of determining the scale and proportions of our perception it must itself be imperceptible, "naturalized," to use Roland Barthes' term for the related effects of mythology. Think of a lens: The more it facilitates your vision with its particular focus, the more it is invisible to you. The medium as environment is the ground which is necessary to give distinct perceptual form to any figure, or object, of our attention. The human nervous system, you see, is incapable of perceiving anything in a vacuum. Instead, we see contrasts in stimuli. Just how we perceive any particular object of our attention is a matter of how it contrasts with its environment. And for this contrast to amount to something perceived about the object itself, it is necessary for the environment to be, in a sense, taken for granted.
This figure/ground, or object/environment, relationship characterizes not just media but all perception. Consider its relevance to this elementary problem in physics. A train is traveling at
120 km./hr. due north. A man in the first car gets up and walks at 5 km./hr. toward the rear of the train. What is the velocity? I usually give my students a few minutes to think this over, but I think you can probably see right away that the question is meaningless until we specify what is the figure and what is the ground. If the figure is the man and the ground is the surface of the earth, then the velocity is 115 km./hr. north. If the figure is the man but the ground is the train itself, then the velocity is 5 km./hr. south. Change the ground to the surface of the sun, and we are talking about a spiraling orbit at supersonic speed. What makes this example anything less than self-evident is our tendency to assume the surface of the earth--what in English we usually refer to literally as the 'ground'--as the ground without really noticing it. As invisible environment, this assumed ground allows the contrasted figure to emerge clearly and distinctly as an object for our perception.
It may seem ironic but it is just when a medium stops being noticeable as an object in itself--when we begin to take it for granted--that it begins to have its most significant influence. Rather than having specific and measurable effects linearly connecting the medium to individual objects and events, everything around appears to change. This is why this insight has for so long eluded the advocates of "objective" observation.
And yet, we may legitimately ask that if the medium is environmental to the extent that it is invisible, how do we study it in this capacity? The answer points to the validity of what McLuhan so often said about the blindness of the specialist in this regard. One cannot study a medium's environment from within. Instead, one must look from the perspective of another medium, which functions as an antienvironment. An antienvironment is an environment that we have not yet taken for granted, and so is highly perceptible to us. This may be because it is new to us, or simply because we are presently accustomed to the conditions of another environment
which serves to throw the new one into focus. Antienvironment is environment as highly perceptible object and thus not functioning as environment. Though it is not conditioning what we perceive, its characteristics that would do this conditioning stand out to us as seeming unnatural; different from what we take for granted. The more we accustom ourselves to these characteristics of an antienvironment, the more it begins to function for us as a new environment by means of which we can by contrast perceive our old environment as a new antienvironment whose characteristics suddenly seem unnatural and thus highly noticeable. For example, an understanding of the cultural peculiarities of the modernist concept of intellectual property and its genesis in the typographic environment emerges as we contrast it with the very different conditions of the earlier chirographic environment for which the concept was largely nonexistent. That Martin Luther expressed a comic ambivalence over the pirating of his works by Dutch publishers is a sign that he lived in a time of transition between media environments. Today we also live in a time of transition, as the emerging environment of digital technologies places into question the future of this same concept. This practice of contrasting, or interfacing, the object/environment relationship of one cultural context with that of another is the basic method of McLuhan's probes in Understanding Media. Worked into the equation, figure (1)/ground(l)=figure (2)/ground(2), it is the basis of the four parts that comprise his later Laws of the Media.
The second, closely related, concept that I would like to take from Understanding Media is that of sensory bias. Media function as environments because they favor the use of our senses in certain ratios which determine different modes of perception. Words and other forms of thought are conceived along the lines of "sensory analogues," which are symptomatic of their roots in experience. Nowhere else is McLuhan's thought more deeply rooted in the phenomenology of the different senses, from the ancient Greek-Hebrew debate over whether thought itself is something seen or something heard to modern developments in cognitive psychology.
Perhaps the most fundamental phenomenological distinction between vision and hearing is that while vision has an intrinsic relationship to spatial perception, hearing is intrinsically related to our perception of time. Sound, as McLuhan's close colleague Walter Ong phrases it, exists only when it is going out of existence. It is tied to the moment and serves as the index of that moment or sequence in time. It is also always the symptom of some type of movement or activity. Sound registers events or happenings as they progress through time as opposed to pointing to the mere locations of inert objects. If there is sound, something is definitely going on, and right now. Vision, by contrast, is better suited to the analysis of static space. Motion is harder to focus on, but most of the objects of spatial perception, which are mute to the sense of hearing, are capably grasped by vision. Vision is more directional in its focus than hearing and is thus more analytical, or schematic, as it precisely distinguishes different points in space. These phenomenological connections between vision and space and between hearing and time are the primary basis of the intellectual connection between McLuhan and his inspiring colleague Harold Innis. A political economist whose interests progressed from the study of staple industries and transportation systems to theories about the role of technology in the development of civilizations, Innis' concepts of time-biased and space-biased technologies led directly to McLuhan's ideas about the sensory biases of media.
Because different media present us with different proportions, or ratios, of access to these different sense-worlds of experience, they have the capacity to shape our worldview. So rooted in the biases of specific sensory channels, our knowledge takes on the logic or logics peculiar to the sensory worlds from which they are derived. Habituated to these ratios which characterize our media environments, we tend to adopt them as our own perceptual biases, making us all relatively aural or visual personalities. These ratios of sensory bias within ourselves are the
bases of sensory analogues, or metaphors, that are the basic components used in conceptualization. Tracing thought backwards from its outward expression in linguistic practice to its origins in experience, metaphor analysis reveals how epistemologies are determined by phenomenologies.
The best examples for comparing visual- and auditory-biased media are probably speech and print. Dominance by one or the other of these media is seen by McLuhan and others as the basis of the essential differences between literate and oral, or modern and traditional, cultures. Though accounting for such broad patterns of history is complex, at its core is the fact that the spoken word is an event while the printed word is an object. The word as sound immerses us in a dynamic world of events in time. It is an animated, agonistic world, full of voices, human presences, and feeling. Unlike the printed word, it is decidedly unobjective. Committed to the static space of the printed page, expression of even the most abstract or transitory of phenomena appears in object form. Think of all the nouns you know that are neither persons, places, nor things. In an oral culture, most of these concepts would more likely be expressed actively. Allegory is necessary to act out exemplars of abstract concepts which may be dimly formed in oral cultures, whereas in print culture they are objectively analyzed.
Our habit of perceiving the world through language turned aural or visual has an effect on the relative authority of the senses. In print culture, seeing is believing, as the saying goes. How many sources of specific scientific evidence can you think of that are not visual? By contrast, in oral culture the voice of authority resides in personalities who speak or in traditional stories that are spoken. And, caught up in the flow of events which, like sound itself, "exists only when it is going out of existence," oral cultures are time-biased conservatively toward preservation of
tradition. In the visual space of print culture, we are biased spatially toward building, expanding, progressing. Today’s digital technologies dramatize the tension between eye and ear as never before, largely through user interfaces which put the two into intense interaction.
The third concept from Understanding Media that I would like to discuss is that of hot and cool media. This dichotomous concept serves to further characterize the sensory bias of a medium, culture, or concept. Although the general definition of these terms is fairly simple and forthright, understanding just how they apply to specific cultural analyses has proven most frustrating to many of McLuhan's critics. Rather than promising to lift the veil from this subject completely, I would like to limit myself here to an examination of how the terms apply to two different types of literacy that have emerged out of different media and historical contexts.
A hot medium is a medium that extends a single sense in high definition or intensity. A cool medium extends one or more senses in low definition or intensity and depends upon the user to "participate" in the synthetic interplay of the senses, even to the extent of calling for the imaginative use of senses not actually extended. Unlike the hot auditory quality of radio or the hot visuals of movies, television is cool because its users participate by filling in what is incomplete in the low-definition sounds and images, largely, McLuhan says, through the imaginative use of our tactile sense. But I said I was going to talk about literacy.
In all that one hears about literacy these days, and in spite of various ideas about the variability of the reader's response, there is very little about how different literacies emerge in response to different media and cultural environments. Even scholars in the McLuhan tradition often write about literacy as if it were a monolithic medium with homogenous effects, most obviously when they refer to three basic media-cultures: oral, literate, and electronic. This lumps everything from cuneiform on clay tablets to pulp fiction in paperback into the same cultural type. It does not categorically distinguish between the modern and the medieval or the
ancient. It ignores, to borrow the title of Elizabeth Eisenstein's excellent history, the printing press as an agent of social change, or, as McLuhan would put it, the Gutenberg galaxy.
Perhaps it is that this modern, typographic type of literacy is merely taken for granted. That it is a hard-won achievement, built out of a very different earlier form of literacy and now in reversion or some other form of transition, seems scarcely noticed. Just how peculiar typographic literacy is to the modern age becomes much clearer if we place it in contrast to the age of chirographic, or handwritten, literacy which preceded it. In many ways, chirographic literacy and culture stand in stark opposition to the qualities found in typographic literacy and culture. This would lead us to posit four basic media-cultures, as well as to investigate the specific characteristics of these fundamentally different literacies.
In terms of hot and cool, chirographic culture is cool and typographic culture is hot. At the most concrete level the printing press is the original mass production machine, designed with the principle of retooling for an infinite variety of highly specialized tasks at its core. It is ideal for creating a whole new world of starkly visual, decontextualized language. Under this industrially-controlled visualization, a new machine-like efficiency and precision was achieved with language. By contrast, in chirographic culture visual decontextualization of language was incomplete. Traces of the author, a scribal tradition, and the old oral tradition as context remain in the manuscript. More important, a new visual context of spatial semantics and explicit prose style was unable to develop. Because of this incompleteness, chirographic literacy was constrained by the need for the reader's participation in filling in the gaps. As McLuhan said, while typographic culture is consumer-oriented, chirographic culture is producer-oriented. Walter Ong has devoted much of his scholarship to investigating the cool qualities of chirographic culture, mostly in the context of examining the various "interfaces" between oral
and literate sensibilities and social classes within the confines of chirographic societies. But rather than adopting McLuhan's terminology, Ong speaks of the chirographic culture's inability to achieve full closure in its visualization of discourse. This lack of closure, Ong argues, is the basis of a pervasive insecurity and closed hostility characteristic of the age of rhetoric. With print, full closure is achieved through the more complete visualization of discourse. Ironically, this closure leads to a new, secure cultural openness characteristic of the age of romanticism. This romantic openness, Ong explains, has helped to bring us into the present age of electronic media.
But isn't this new age largely one of cool media, like television and the internet? Are we as a society maintaining the level of closure necessary for maintaining the openness of typographic culture? Isn't a hot medium like print necessary to preserve the social literacy that supports the open society? In our predominantly cool media environment, are we not slipping into something akin to the chirographic literacy of the past?
My fourth concept from Understanding Media is one that has been immensely popular and yet equally puzzling: that of retribalization in the electronic culture. While not quite the popular cliche that the related concept of the global village has become, the idea of reverting to the form of traditional oral culture within a technological environment has captivated the imagination of the latter-day romantics from the 1960s. As I recall, this is when we began cheering for the Indians instead of the cowboys. It is part of that openness from the typographic culture carried over into the new age. In the spirit of literate openness, McLuhan is usually neutral to euphemistic about the process. Yet, to the alert reader, he makes quite clear that retribalization means the end of the cherished open qualities of the literate culture.
Even when it comes to Enlightenment values, I suppose, there is no accounting for taste. And there are no doubt many values from oral culture that can beneficially complement or even liberate us from the pitfalls of our typographic ways. But I think that a more fundamental question here is that of how this new tribalism, or secondary orality as it is elsewhere called, is to coexist and interact with the accumulated surviving elements of the typographic culture. As the term secondary orality implies, it is an orality mediated by other technologies. As such, it is a tribalism that lives in a world that plays by very different rules than those that held sway in the preliterate, pretechnological era.
A good first observation is that while the concept colorfully applies to all sorts of popular phenomena in society today, there is also quite a number of things and people that certainly do not seem to be going tribal in the least; quite the opposite, in fact. The idea that some of us are retribalizing in some ways while others are even becoming more typographic is amply accommodated by Walter Ong's concept of the media/cultural interface. What this concept recognizes is that, historically, media are cumulative rather than merely successive, and that after the initial stage of primary orality more than one medium's environments and cultures can coexist and interact with each other within the same society. And this interface between media can coincide with the interface between social classes.
Chirographic culture, for example, is an interface culture. Chirographic literacy is for the most part restricted to a small elite and applied to the institutions and interests controlled by that group. And much, if not most, of what is written is intended for oral recitation to nonliterates who reside in what Ong calls residual orality. Rhetoric is an art developed by literates for interfacing with oral subcultures.
The printing press created the possibility of a literacy that is universal, for all citizens and for addressing all topics. Typographic culture creates all sorts of universalizing ideals, among them the absorption of the residually oral into its ranks. But electronic media seem by their very nature to encourage and thrive on interface. Like classical rhetoric, they are produced and operated by highly literate people for the consumption of increasingly nonliterate people. And as we can hear from the tone of their discourse, best exemplified by the pervasiveness of advertising and other propaganda, they involve a very different sensibility at the sending end than they do at the receiving end.
The residually oral subcultures of the chirographic culture were composed of residually tribal people. But they were tribal people living in a social context in which the tribe was no longer a sovereign political or cultural unit. In a sense they lived in a world that was no longer of their own making, and in which their culture was at a disadvantage. Today's tribal culture also seems to exist in such a captive state. The continued, even increasing, dominance of society by a literate subculture should make us question just how global this village is. Aided by digital technologies, the phenomena that McLuhan associated with retribalization are many and are rapidly increasing in number. And yet, at least for the few, these technologies are augmenting the literate culture as well. Perhaps, along with Umberto Eco and others, we should ask if we are indeed witnessing retribalization, or the return of the middle ages.
Contrasting with this is my fifth concept from Understanding Media, which is that of a complementary relationship between specialization and standardization in typographic culture. In contemporary intellectual and popular culture alike, the idea of standardization is not one that stirs much excitement. And yet it seems that nearly everything these days is considered by someone to be somehow special. The dependence of the special on the standard often goes unnoticed. Although the concept receives scant explicit treatment in Understanding Media, the
careful reader is ineluctably drawn to it as he/she alternates between McLuhan's descriptions of typographic culture and literacy in general as being either standardizing or specializing. The more one is able to synthesize these observations into a more comprehensive view of the relation of either writing or print to its environment, the more the superficial appearance of contradiction is resolved.
The most broadly relevant example of standardization facilitating specialization actually does not come from the environments of print or writing but from that of speech. A mere forty-five or so phonemes are sufficient to express an infinite number of ideas. The ability to articulate the atypical is in part dependent on the faithful, rule-bound enunciation of this fixed set of phonemes. Pronouncing them differently does not make the meaning more singular; it makes it less clear. The less clear the message, the more context and listener expectation will fill in to lead to a more typical interpretation.
With writing, this becomes more obvious. Logographic writing, which evolved out of pictures, is limited in its capacity to express novelty efficiently. Because individual words or phrases tend to require their own separate symbols, it is a cumbersome system numbering in the thousands or even tens of thousands. I say "tend to" because in order to reduce the sheer burden of memorizing so many different shapes, various modifications in the system are often made to allow certain shapes to serve double duty. The addition of phonetic indicators helps but also introduces a whole different system of representation to one that is already quite complex. And since separate symbols harken back to their pictorial origins, individual expressiveness in how they are drawn is highly valued. None of this aids in standardization. Repeated attempts at script reform illustrate the difficulty.
With a writing system like this, the number of words that one can read or write is dependent upon the number of symbols one knows. This tends toward the expression of the typical, since novel concepts require additional symbols which must be memorized. New or foreign concepts have an especially hard time, since they cannot be communicated in this type of writing until a suitable symbol has been invented and taught to the writer and all potential readers. In spite of various efforts to standardize logographic writing, the essentially individual nature of the word-symbol works against individuality of verbal expression.
The alphabet eliminates this problem. Just over two dozen simple, highly standardized symbols are all that are necessary to express anything that can be said. The rules of phoneticization are so simple that an average individual can become literate on a level coextensive with his/her speech competence in a relatively short time. As McLuhan's colleague Eric Havelock has so eloquently shown, the standard efficiency of the alphabet enabled the emergence out of an oral culture of a new social literacy through which ancient Greece's singular contributions to Western civilization were made.
Print further standardizes to achieve greater individuality. As an industrial medium, it is based upon repetition and exchangeable parts; all the mechanical traits we usually associate with tedium and drudgery. Think of rows of boxes, full of hundreds of little metal A's, B's and C's. The letters themselves lose the individual character of handwriting, as they are assembled into unaesthetic, uniform lines which develop an efficient if colorless spatial semantic. With print come national languages, standardized spelling, page numbers, alphabetized indexes, uniform pricing, and a host of other quasi-mechanical systematizing devices. For some, it even led to the quest for a single, mechanical method for producing all knowledge. But more significantly, it
led to the forms of discourse and thought which created modern individualism and a culture oriented toward novelty and progressive change.
Just how this culture developed, of course, is the story of modernity itself. But the crux of how it is based on standardization can be explained in terms of a conceptually simple shift in symbolic bias. With analogic symbols like pictures, in which the signified in some way naturally resembles the signifier, what is true of the former is also true of the latter. A standard schematic, icon, or illustration will produce a relatively standard meaning. Individually expressive pictorial technique produces relatively individual meaning. But in both cases, the accomplishment of objectives is limited. Standard meanings are never so standard, individual meanings are never so precisely articulated as with digital symbols. With digital symbols like words the signifier is related to the signified only by convention, which facilitates this complementary relationship at the level of the basic mechanics of the symbol. It is from the dull, standard surface of the printed page that the most special, exciting things emerge. Calligraphic or other visual embellishment of the signifier is counterproductive. Print works best when the letters do not call attention to themselves as letters. Increasing digitalization of the word from speech to writing to print institutionalizes the dynamic of standardized means toward specialized ends for an expanding range of social phenomena and for an increasing proportion of the population. New media like television and the internet which re-introduce analogic symbolic forms, subvert and erode this dynamic. They lead to the ideal of just doing one's own thing. They bring to mind George Bernard Shaw’s reaction to New York’s brightly lit Times Square, “What a beautiful thing, for someone who cannot read.”
The sixth concept that I would like to take from Understanding Media to discuss with you is that of the cultural center-margin dynamic and the related idea of monopolies of knowledge. For most of my students who have grown up going to public schools and who are habituated to the rhetoric of an avowedly democratic society, it would seem that knowledge is not only free-
flowing, it is positively forced upon you. It never occurs to them that a major function of developments in media, and technology in general, is to restrict the dissemination of knowledge. In chirographic culture, the complex, baroque qualities of logographic writing systems briefly outlined earlier work toward the restriction of written knowledge to a small elite. In alphabetic pre-print cultures, scholarly languages like medieval Latin and regionally varying elaborate calligraphic styles and peculiar systems of abbreviation stunted the universalizing and democratizing effects of the Greek invention. It is this tendency to monopolize knowledge that provides the plot dynamic for Umberto Eco's medieval detective novel, The Name of the Rose.
To a large degree, this works even without conscious design. Media form centers of knowledge/power where their influence is strongest. The environment created by a dominant medium or other technology makes ways of knowing peculiar to it seem obvious to those acculturated to it that would seem incomprehensible to those who are not. In fact, the more dominant the medium, the more the culture seems locked in to those particular ways of knowing and is unable to innovate or adopt alternate perspectives. At the margins of an empire, where the dominant medium's influence wanes, a cultural interface occurs. This is a region where the medium's influence is not monopolistic. Its environmental impact is weak; it is neither fully environment nor antienvironment. It interfaces with the similarly weak influence of a bordering medium's environment. This is where innovations and revolutions are born.
In the works of McLuhan's mentor Harold Innis, the histories of civilizations can be seen in terms of the constant struggles between the monopolizing powers of technological environments at the centers of empires and the innovative oppositional forces exerted by new technologies that form at the margins. Ancient Egypt and Babylon, for example, were empires based on monopolies of knowledge held by theocratic elites by means of various technologies, including
logographic writing. As the inflexibility of the logographic environment led to conflict and weakness, innovation was encouraged at the margins of these societies in the form of phoneticization of writing. The Phoenicians, who lived on the outskirts of these empires, developed a script that was easier for more people to learn and that was more easily adaptable to the exigencies of long distance trade. They systematized the principle of phoneticization, which had been known of dimly by these earlier cultures but never fully developed.
The Phoenicians built a powerful trading empire which developed its own rigidities, owing significantly to the tendency of their syllabic script to favor conventional forms of expression. So long as their script represented actual speech syllables, of which there are hundreds in any language, with a mere few dozen symbols, one pretty much had to stick to business as usual if one wanted to be understood. On the margins of this empire was an oral people who had barely been exposed to literate cultures: the Achaeans. Unlike other oral cultures whose exposure to literacy was through conquest, they were close enough to be influenced but not dominated by the Phoenician empire and its media environment. Adapting the Phoenician syllabary to the sounds of their own purely oral language, the ancient Greeks completed the phoneticization process by abstractly splitting the syllable into vowels and consonants and creating the full-fledged alphabet.
The demands of empire and warfare put strains on the implementation of Greek literacy, which led to still more innovations at the margins of the alphabet's influence. Out of the Etruscan backwater sprung the Roman empire, based in large part on its use of papyrus for administrative and military communications over an excellent system of roads. After the fall of the empire it was at the margins of Roman conquest and the Roman Catholic Church's influence along the Rhine and extending into the Alps that further innovation and resistance to monopoly
appear once again. Gutenberg's printing press sparked the Protestant Reformation, and power, wealth, and knowledge shift from southern to northern Europe.
In the course of the twentieth century, the European culture's North American margin has developed into the culturally-dominant United States. New York and Los Angeles appear today as the twin centers of an electronic media/cultural empire. But where are today's margins? Much of the thrill that comes with watching television or logging on to the internet is the sense of you yourself being at the center of things. The electronic culture's populism and commercialism are constantly reworking their formulas to integrate the marginal into the center, at least symbolically. This is part of what McLuhan means when he says that electronic media are decentralizing. Later theorists of the postmodern call it decentering. Does this mean that the concept of the center-margin dynamic no longer applies?
McLuhan says in Understanding Media that there are no margins in electronic culture "so far as the time and space of this planet are concerned" (p. 273). I think that this is significant. Electronic technology obsolesces the old mechanical age through its instantaneous triumph over the physical impediment of time and space. But have the divisions between cultural insiders and outsiders ever been based purely on physical distance? McLuhan goes on to predict a new equality and subversion of hierarchy that I think we all still await. However, I think his qualification leaves open the possibility that center-margin dynamics still exist in the conceptual spaces of our cultural world. This would explain the existence of omnipresent centers in the midst of similarly omnipresent margins. In the electronic culture, it would seem, monopoly no longer need rely upon spatial location to insure its control.
The last concept that I want to talk about is one that subsumes all of the others I have so far discussed. Though its meaning is so broad as to seem vague, I think it is a good example of the kind of idea that I discussed at the beginning of this paper as “provoking” us to reexamine our point of view and fundamental understandings. It is the notion of techne. Related to the contemporary concept of technology, it is more general, more abstract. Rather than the way to accomplish some mechanical task, this premodern term refers to the “way,” or style, of an entire culture. In ancient times it was often used to refer to artistic style or other nonmaterial entities. For us, I believe, it can perform the important function of reconnecting in our culture much that has been split apart through the excesses of modernity. Work and leisure, art and industry, logic and feeling, economics and culture, the practical and the ideal, all of these dichotomies are the products of the splitting off of one type of techne favored by modernity which became the dominant ‘technology’ of today. It is a split that is a primary cause of that quintessential modern illness: alienation. It is a split that alienates us from, among other things, an understanding of our nonmechanical relations to technology. At a time when so many new technologies mediate various nonmaterial cultural products, it is at once ironic and tragic that the so-called “information age” is so culturally numb, as McLuhan would say, to its own products.
The solution, I think, is not to spurn technology, but to re-integrate it critically into the rest of life. So repatriated, the ways that it echoes and is echoed by the culture around it can be heard more clearly and the broader sense of the techne can emerge in consciousness. The whole culture can become more self-conscious and more self-actualized in a wider portion of its being. Karl Marx’s scholarly career is especially enigmatic in this regard. Founding an entire theory of historical and social evolution on the basis of modes of material production, he nonetheless saw this industrial base as being determinative of and interactive with the social/cultural superstructure. And yet, in spite of the “dialectical” nature of his materialism, his theory is perhaps weakest in accounting for this superstructure. For example, his Labor Theory of Value explains persuasively how the value of a commodity is determined by the amount and type of labor socially necessary to produce it. But in accounting for how the value of labor itself is determined culturally (e.g., What is “normal” lifestyle?, What is a “necessity”?, What is a “decent” standard of living?), it is notably less “scientific.”
The concept of techne allows us to see the technical and the cultural not only as mutually determinative, but as seamlessly interrelated. This is not the type of insight to suit the low ambiguity-tolerance personality, to be sure. But it will help us at least to begin to understand that most perennially intractable intellectual subject of all, ourselves.

Monday, September 26, 2005

Conferencia Magistral: Eric McLuhan

27 Septiembre 2005

Conferencia Magistral: Eric McLuhan. (12.30 - 13:45, jueves 22 de septiembre)
Elaborado por:

Denise M. Trinidad Martínez.

EL RENACIMIENTO ALREDEDOR DE NOSOTROS

LA PRESENTACIÓN

Luego de intensos, espectaculares y provechosos días de actividad, la V Bienal Iberoamericana de la Comunicación dio por concluidas las conferencias magistrales, páneles, mesas de trabajo y video enlaces que a largo de tres días de jornada, caracterizaron, dieron razón y vida al evento.

En este contexto, con el firme propósito de dejar un excelente sabor de boca y cerrar con broche de oro, el encargado de realizar la última conferencia Magistral fue el renombrado Eric McLuhan quien ante los aplausos y calurosas expresiones de admiración y respeto presentó su discurso ante un Salón de Congresos completamente lleno, en el que la concurrencia esperaba ansiosa la intervención del ponente.

MacLuhan en un interesante recorrido a través del tiempo y los surcos de la historia, nos hizo una invitación a reflexionar acerca de los Renacimientos que a nuestro alrededor se han suscitado y que en los diferentes periodos de tiempo hemos sido incapaces de reconocer y advertir; sin importar que han aparecido y continúan apareciendo evidentes e incontenibles ante nuestros ojos. De acuerdo con el autor, las necesidades de nuestro mundo cambiante y la continua evolución de las civilizaciones han hecho que se retome del pasado aspectos que resultan fundamentales para cualquier cultura; es decir, que para el desarrollo y evolución del hombre como ser social que se ve en la necesidad de satisfacer sus necesidades gregarias, ha tenido que regresar las hojas en los anales de la historia para tener bases firmes que le permitan consolidar y hablar de sociedad.

Hemos sido fieles testigos de cómo la Civilización Occidental, ese mundo en el que comenzara el proyecto de Modernidad y en el que ésta última es ya una realidad, ha tenido que volver la mirada atrás y escarbar en las culturas y civilizaciones que la anteceden con el fin último de trascender y cobrar conciencia de los actos realizados. De tal forma que en nuestros días observamos y podemos distinguir sin ninguna dificultad que el mundo Occidental no es simplemente Occidental pues tiene gran influencia de otras culturas siendo que ha recobrado de otras elementos esenciales que le permiten mejorar; un claro ejemplo de ello, se hace visible en la iconografía africana que es revalorada por Occidente; las diversas formas orientales de meditación y a tradicional medicina (que en nuestro mundo aparecen como medicina alternativa: acupuntura, reflexoterapia, manejo de energías; por nombrar algunos), las artes marciales también orientales; se habla de las artes pictóricas: Henri Matisse y Paul Gauguin. Sin embargo podemos observar cómo en todos estos eventos los medios electrónicos con sus respectivas modalidades se han hecho presentes y han jugado un rol fundamental en el proceso, al estar presentes en todos los tiempos y espacios determinados.

Es por lo anterior, que lo último en la Academia, es lo que se denomina como: Era Pos-Intelectual en la que vivir míticamente es pues, crear conciencia de que el conocimiento no existe fuera de la norma -tiempos, espacios y culturas simultáneamente-. Conocimiento visto como mitos de nuestros ancestros tribales donde la expresión cultural resulta ser el capítulo más reciente que se remonta a 2000 años en su hechura.

Tenemos así que entre los Renacimientos más reconocidos y destacados se encuentra el del siglo XV y XVI, pero cabría preguntar dónde inició el ciclo?. Aparecen cosas antiguas en la actualidad como relevantes a las que habrá que darles un nuevo insumo de vida; ¿existe un ritmo de vida en la cultura Occidental que nos hace habla del actual Renacimiento? O bien ¿existe in ritmo inherente a la tecnología?. Se vislumbra también un incesante intervalo de cuatro años entre Renacimiento y Renacimiento, ¿cuál es el factor que lo genera?

Se muestra a la luz la existencia de Renacimientos invisibles en el que existen cascadas de nuevas tecnologías alrededor nuestro. Una explosión en el espacio sideral, en el que el Renacimiento del siglo XXI es el más grande de la historia pues contiene a todos lo que se dieron antes que él.

Nuestro Renacimiento es implosivo, en otras palabras, integra a todo el planeta a diferencia de Renacimientos anteriores; de lo que se desprende que los Renacimientos se han vuelto nuestra dirección o destino permanente en una experiencia de ciclicidad, dinamismo, compatibilidad y línea temporal de la historia. La post-historia es entonces, todo el pasado que fue y que está en nuestra conciencia; así como el futuro que ya está aquí, donde vivir míticamente significa: vivir en todos los tiempos.

PARTE MEDULAR: REFLEXIONES

Observaciones de predominancia

Tras años de arduos estudios, cuestionamientos y certeras reflexiones, MacLuhan dio a conocer sus principales observaciones en torno a los periodos de Renacimiento que han acaecido en siglos pasados y en el presente; entre las principales observaciones o postulados, establece:

1. Los Renacimientos son invisibles; esto es, para todos aquellos que están dentro del proceso y es hasta que se logra tomar distancia del acontecimiento y estar fuera de él para poder dar cuenta de la magnitud de la transformación histórica-coyuntural.

2. Los Renacimientos traen consigo un efecto lateral, un efecto de “otra cosa”, que no es algo más que la tecnología que a diario se presenta ante nosotros y se perfecciona; hablando así de la inevitable revolución en el orden las actividades del hombre que tiempo atrás lo caracterizaron y lo distinguieron. Cambia la forma en que percibimos el mundo y damos cuenta de la realidad, es decir, nuestra realidad inmediata.

3. Los Renacimientos van de la mano con la Revolución y transformación del sentido común, que es anunciado por la evolución y el desarrollo de las artes que en el marco histórico han sido los primeros testigos que han denunciado la evolución espacio-temporal.

4. Los Renacimientos siempre se acompañan y tienen un vínculo indisoluble con una guerra drástica; en el Renacimiento de nuestros días, el apartado se hace evidente con las guerras terroristas que han impactado en el escenario internacional de una manera incuestionable y sobretodo alarmante.

5. Los Renacimientos son una fase ciertamente avanzada que hablan y permiten percatarse de la creación de una nueva cultura en la que se perfila a velocidades imperceptibles una nueva sociedad.

Siguiendo con el hilo conductor de la ponencia, el destacado investigador planteó los Misterios del Renacimiento, aquellos elementos que nos hacen dudar y poner en tela de juicio el inicio, desarrollo y ocaso de los Renacimientos.

Los misterios del Renacimiento

McLuhan pone de manifiesto algunas preguntas con la finalidad de descifrar la parte oculta de los Renacimientos; entre ellas cobran suma importancia:

• ¿Cómo o a qué se debe que los Renacimientos se lleven a cabo en intervalos de cuatro años? ¿Es acaso que solamente cada cuatro años se puede hablar de un renacer?...

• ¿Cuáles son las tecnologías de precipitación, encargadas de dar paso a los Renacimientos?...

• ¿Cuál es el significado de los eventos que han acontecido en los siglos que ha renacido en estos intervalos de cuatro años?...

• ¿Acaso las otras culturas y civilizaciones que difieren de la Occidental avanzan a diferente ritmo; es decir, no siguen este patrón de intervalo o es qué este rango de cuatro años es exclusivo y característico del Moderno Mundo Occidental.

CIERRE Y CONCUCLUSIONES

Finalmente en la parte conclusiva McLuhan extendió una nueva invitación a reflexionar y cuestionarse en torno a las nuevas tecnologías que circundan a nuestro alrededor, en tanto que cada tecnología funciona de diferentes formas; esto es:

A) Acrecientan lo que está ahí: el acceso a la tecnología nos permite retomar cosas del pasado para mejorar lo que no nos gusta, perfeccionar todo aquello que en nuestro mundo exigente nos resulta imprescindible.

B) Cada tecnología revierte sus propiedades en determinado momento sin importar cómo y dónde se usen; se denuncian los efectos colaterales que ello conlleva. Dar cuenta de la codependencia positiva-negativa de la tecnología, en la que la parte positiva nos permite mejorar lo que nos resulta ineficiente, y donde el polo negativo está representado por la costosa factura que tarde o temprano la tecnología nos cobrara siendo que la tecnología se vuelve contra quien la creo y contra quien la utiliza.

C) Se da a conocer el término ECOLOGÍA MEDIÁTICA, con el que se habla de los devastadores efectos de la tecno-ciencia; se debe estar alerta de lo que nos pretenden vender como estándares universalizados de lo bueno.

D) Reconocer patrones anteriores; es decir, causas formales y causas ambientales, entorno cultural, cíclico y social pues hemos sido reluctantes al hacer algo al respecto.

E) Analizar cómo nuestras tecnologías se entre-afectan y de manera directa nos afectan en la misma proporción. Razón por la cual debemos encontrar el equilibrio ya que vivimos en un desequilibrio constante que parece nunca terminar.

Es así como el pensamiento que dio fin a la ponencia se relacionó con la firme e incesante convocatoria de observar con ojo crítico que nuestras vidas y su determinación la hemos dejado en manos de meros promotores, donde lo verdaderamente trascendental es actuar con mano firme y tomar cartas en el asunto en cuanto a ecología mediática se refiere.

Cambia tecnología tarea periodística'

'Cambia tecnología tarea periodística'
Nurit Martínez
El Universal
Miércoles 21 de septiembre de 2005
Nación, página 2


Inauguran Bienal Iberoamericana de la Comunicación. Ealy Ortiz: los futuros comunicadores recibirán un entorno más profesional. Llama a la integración y consolidación de una nueva sociedad de la información


El periodismo, al igual que las universidades, enfrenta el reto de conciliar intereses con los jóvenes de ahora, que integran "la generación de la tecnología", dijo el rector del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) campus estado de México, Roberto Rueda.
Al inaugurar la quinta Bienal Iberoamericana de la Comunicación, el rector Rueda convocó a los estudiantes de 50 universidades mexicanas e iberoamericanas a participar en la construcción de una nueva sociedad, que permita encauzar el desarrollo de la educación digital con los medios de comunicación.

En este contexto, el Presidente y Director General de EL UNIVERSAL, licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, afirmó que la formación de los comunicadores del siglo XXI es una vía para fortalecer la transición hacia un país robusto, en el que las nuevas tecnologías y la cibercultura no pasen inadvertidas por las nuevas generaciones de comunicadores, que en los próximos años tendrán la responsabilidad de mantener informadas y unidas a las naciones y regiones del mundo.

Ealy Ortiz manifestó su confianza de que los futuros comunicadores iberoamericanos recibirán un entorno más profesional, que les permitirá avanzar, con mejores herramientas tecnológicas y cumpliendo con apego a los códigos de ética.

Ante mil 300 estudiantes de diversas nacionalidades, explicó que en los últimos 20 años los medios de comunicación, y en particular el periodismo escrito, han experimentado una vigorosa e importante transformación gracias a la incorporación de los avances tecnológicos y la convergencia de la tecnología de la información, aplicada a las tareas informativas.

De tal manera, refirió que en los años recientes EL UNIVERSAL afrontó este reto actualizando su diseño, impresión, procesamiento de información, con su incursión en internet y con el impulso del ciberperiodismo.

El propósito ha sido "atender a un público cada vez más demandante y selectivo de la información que recibe, debemos estar atentos a todos y cada uno de los avances que producen en el ámbito tecnológico y coadyuvar, de manera permanente, a la integración y consolidación de una nueva sociedad de la información", explicó.

Por su parte, el rector del Tec de Monterrey, campus estado de México, Roberto Rueda, destacó la "alianza estratégica" con EL UNIVERSAL, al que reconoció los cambios realizados para actualizar y ponerse a la vanguardia en los avances de las tecnologías y medios de comunicación.

Ante estudiantes, académicos, investigadores y empresarios de medios de comunicación provenientes de 14 países iberoamericanos, el rector Rueda afirmó que en esta quinta Bienal se abordará el impacto de la tecnología, el uso del internet, el manejo del audio y las imágenes, así como la utilización de los blogs y las comunicaciones digitales como nuevas áreas del conocimiento.

Convocó a los estudiantes de las 50 universidades mexicanas e iberoamericanas, particularmente de las carreras de comunicación ahí presentes, a participar "en la construcción de una nueva sociedad, que permita encauzar el desarrollo de la educación digital con la de los medios de comunicación".

En el primer día de actividades, Kim Jones, vicepresidenta de Educación Global e Investigación de Sun Microsystems (1992), hizo un análisis de los cambios en las comunicaciones a partir de la "revolución digital".

"Hemos entrado a una nueva era que podemos llamar la `era de la participación`, porque la mayor conexión digital genera una mayor interacción social", porque ahora también los ciudadanos generan "contenidos o información" en herramientas como internet.

Por la tarde, el vicepresidente y director general editorial de EL UNIVERSAL, Roberto Rock, encabezó el panel de periodismo Los retos de la Ética Periodística. Expuso que los medios de comunicación tienen una "enorme y colosal tarea" frente al proceso de transición democrática que vive México, debido a que "el gobernante o el legislador pueden caer en la tentación de crear controles sobre la prensa, y esto representaría una involución".

Agregó que "el mundo está lleno de ejemplos donde los controles, las leyes o restricciones desde el poder público, para combatir una práctica, generan nuevos controles", por lo que rechazó cualquier principio que limite el ejercicio periodístico.

También planteó que los medios de comunicación deben corresponder, en particular la prensa escrita, con la recuperación de valores esenciales, como el que la información es un "bien" y que el "periodismo es ante todo un servicio público".

De tal forma que los medios se ven obligados a "recuperar" su credibilidad ante una sociedad que considera que los periódicos actúan con "impunidad" y con "imprecisión". Indicó que en caso de no profesionalizar a los comunicadores e incorporar códigos de ética en esta labor, "el proceso de deterioro acabará aniquilando el ejercicio periodístico".

Por la mañana, José Manuel de Pablos, presidente de la Bienal Iberoamericana de la Comunicación e investigador de la Universidad de la Laguna, España, dijo que el periodismo actual es "barato" y "ligero" porque está inundado de datos no verificados y sujetos a agendas impuestas desde instituciones que inundan las redacciones con información "precocinada".

Advirtió que si los medios siguen por este mismo camino, terminarán por confundir las fronteras entre periodismo y propaganda. Por lo que reconoció la necesidad de que los periodistas tengan una mejor preparación académica, "por la responsabilidad que su trabajo entraña".

La quinta Bienal Iberoamericana de la Comunicación, Balance del Primer Lustro de un Nuevo Siglo de Comunicaciones Digitales, es organizada por el ITESM, la Fundación Ealy Ortiz, la Bienal Iberoamericana de la Comunicación y 15 empresas privadas.



Respeto por la libertad: Ealy

Al término de la ceremonia, el licenciado Ealy Ortiz atendió preguntas de periodistas asistentes sobre diversos temas.

Uno de ellos lo consultó sobre los cambios registrados en la conducción de larevista de EL UNIVERSAL. En respuesta, precisó que se trata de un producto que enfrenta problemas de viabilidad financiera, que exigen una nueva visión, por lo que fue removido el personal que estaba al frente de la misma.

Preguntado sobre señalamientos de presunta censura periodística en esta publicación, Ealy Ortiz rechazó esto y sostuvo que la libertad se ha expresado durante casi 90 años en EL UNIVERSAL, y que él en lo personal la ha alentado durante los casi 36 años que ha encabezado esta casa editorial. "En ese periodo sostuvo, se han enfrentado presiones y amenazas, y mi tarea siempre ha estado del lado de reporteros, columnistas y profesionales del diarismo".

Mi compañera de trabajo que es mi esposa "en el comercial"

Las mujeres más bellas Sonora son mis amigas

Conferencia Magistral: Lance Strate

Conferencia Magistral: Lance Strate (10:00 - 11:00, 22 de septiembre)


Puntos Importantes

• Los blogs se han vuelto populares y toda la tecnología es para promover una nueva comunidad de medios. Es interesante conocer por medio de éstos, diferentes culturas y transportarse a otros lugares.

• Para permitirle el paso a la tecnología hay que arriesgarse, pero como los riesgos a veces no son calculables, pueden estar entre el 20% 15% y 10% lo cual es demasiado, los gobiernos muchas veces no se atreven arriesgar.

• Está seguro de que viene un nuevo ciclo al igual que el Sabath y en la Biblia que siempre cada semana comienza un cliclo, él considera a este movimiento de cambio el número ocho, por ser el inicio de un ciclo en donde habrá nuevos medios de comunicación, por lo consiguiente, los sistemas tecnológicos se humanizarían y es así como la tecnología sería utilizada como ambiente para ayudar a la sociedad.

Advierten sobre rezago legislativo en materia de comunicación digital

Advierten sobre rezago legislativo en materia de comunicación digital
Jorge Herrera
El Universal
Jueves 08 de septiembre de 2005
Cultura, página 1


La Quinta Bienal Iberoamericana de la Comunicación se realizará este mes en el Tec de Monterrey


Académicos e investigadores de comunicación en México alertaron ayer del riesgo de mantener un rezago legislativo ante un avance tecnológico de los medios de comunicación e, incluso, la ciberdelincuencia, porque ésta viaja tan rápido como la internet.
El doctor Octavio Islas, profesor de comunicación del Tecnológico de Monterrey y coordinador general de la Quinta Bienal Iberoamericana de Comunicación , organizada por el Tecnológico de Monterrey Campus Estado de México y la Fundación Ealy Ortiz, lamentó que el Congreso de la Unión no completara la reforma a la Radio y la Televisión: "La ciberdelincuencia avanza tan rápido como la internet, mientras las leyes se mantienen rezagadas. Esta quinta bienal nos dará la oportunidad de ver qué tan desfasados estamos en esto; por ejemplo, la Ley de Radio y Televisión data de 1960 y la Ley de Imprenta de 1917."

Habló también de la necesidad de apuntalar una nueva cultura de comunicación en México, que permita dejar en el pasado el periodismo analógico y transitar hacia el periodismo digital.

Claudia Benassini Félix, maestra en Ciencias Sociales del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, mencionó que los nuevos medios de comunicación, como el periodismo por internet, no cuentan con una legislación. Añadió que se requiere avanzar en la formación digital de los comunicadores.



Conclusiones al Congreso

En conferencia de prensa, el doctor Octavio Islas comentó que se enviarán al Congreso de la Unión conclusiones relacionadas con las nuevas tecnologías en los medios de comunicación que habrán de derivar de 18 mesas de trabajo que se instalarán en la Quinta Bienal Iberoamericana de Comunicación , a realizarse del 20 al 22 de septiembre, en el campus estado de México del Tecnológico de Monterrey.

La bienal, comentó, reúne cada dos años a investigadores, estudiantes, ejecutivos, empresarios y profesionales de la comunicación iberoamericana.

Acudirán unos mil ponentes, de los cuales 20 por ciento son investigadores extranjeros; habrá más de 190 participantes, entre éstos Eric McLuhan, investigador en comunicación; José Manuel Pablos, de la Universidad de la Laguna, España; Bernardo Díaz Nosty, director del portal Infoamérica y catedrático de la Universidad de Málaga, España; así como Lance Strate, presidente de la Media Ecology Association y catedrático de la Fordham University, de Nueva York.




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La ponencia de Erick McLujan

The Renaissance Around Us


ren-ais-sance, n. A rebirth or revival ... A revival of intellectual or artistic achievement and vigor ... [French, from Old French, from renaistre, to be born again, from Vulgar Latin renascere, from Latin renasci: re-, re-, again + nasci, to be born] —The American Heritage Dictionary, page 1527.


We are presently in the grip of the largest and grandest renaissance that the world has ever seen. This should come as no surprise.
When we use the phrase, “the Renaissance,” we generally mean the renaissance of the fifteenth and sixteenth centuries. Actually The Renaissance was invented in the nineteenth century. Until then, people didn’t think in those terms: we had no word for it. Apparently, it took two and a half centuries for people to recover from that cultural convulsion sufficiently to discover a need for the word. “Renaissance” debuts in English in 1845, coinciding with the invention of the telegraph, the technology which precipitated the first stage of the renaissance which now envelops us. Coincidentally, the same date saw the invention—a kind of renaissance—of dinosaurs. The word “dinosaur” too enters the language (1841) at the time of the telegraph. Everyone knew about those piles of old bones that littered the US landscape. In the nineteenth century, Americans even shipped railway cars full of them to Europe; Americans themselves, by and large, ignored them.
So why should it take over two centuries to notice the 16th-century tidal wave of rebirth and renewal?
Any environmental action automatically overwhelms and paralyzes the sensibilities: its cataclysmic size and power and sheer obviousness—these form a cloak of invisibility. That it took two or more centuries to recover from The Renaissance enough to notice it testifies to its scope and power. And the renaissance gathering momentum during the 20th century is so much more grand and potent as to make that last renaissance seem puny by comparison. The present one is still, at the turn of this century, very much an environment of actions rather than a convulsion of any one field; it surrounds us and affects every feature of life; and it is invisible.



I

Look around: every imaginable corner of our culture and arts and sciences is embroiled in a kaleidoscopic welter of discovery and rediscovery.
• We have recently seen the rehabilitation of the Middle Ages, as providing a way of life and of craftsmanship in trades; as the setting for plays, documentaries, and novels; and as an absorbing study in cultural history and historical experience.
• Medieval art is back as never before, beginning with the pre-Raphaelite movement. It has resurfaced unexpectedly in such ordinary forms as the organization of the newspaper page.
• In religion, it is the established forms, the institutional bureaucracies, that are suffering decline: the older, more intuitive forms, embodied in the evangelical and charismatic movements, are booming. Paganism is on the upswing, and all the age-old mystery religions and tribal gods are slowly recovering their followings, as is goddess-worship and witchcraft, superstition and occultism of every stripe.
• At the turn of this century, African modes of sculpture and iconography began to be widely retrieved and reinterpreted for use in Western art. Primitivism provided a venue for all of the pictorial and plastic arts at the same time that film was retrieving bare motion and gesture as objects of aesthetic attention.
• In the last few decades, we have witnessed a particular interest in adopting and investigating Oriental mythology and forms of knowing, of meditation, of martial art, and of philosophy.
• Group identity, instead of private individual identity, is now found everywhere, from youth culture to the business world (where it is called corporate culture), to advertising, to feminism and other -isms. Increasingly, mere private identity is seen as a liability, as too confining. Ancient tribal identity and antipathies have surged up in cultures in recent years, in the form of separatist movements everywhere, including in Canada, and most recently in Italy. We also have the tribe of Michael Jackson. The tribe of rastafarian music followers. The tribe of the Beatles. The tribe of Bruce Springsteen. The tribe of neo-Nazis. The hip-hop tribe ... The jeans tribe ...
• Naziism itself, and fascism, were at their beginning revivals of ancient forms.
• In fashion and design, all modes and periods and styles are in vogue.
• Most important in the transformation of Western culture in our time has been the revival of group experience in the form of the mass audience. The reading public was a side-effect of the printing press, but the mass audience results from electric simultaneity and participation.
• The pre-pictorial arts have revolutionized design and painting and sculpture since Matisse and Gauguin. African music and sculpture and imagery are suddenly very post-modern and up-to-date. “Postmodern” itself means post-chronological, post-historical, post-industrial; that is, shaped by electric media, where all times and spaces are simultaneously valid and accessible. The latest topic in the academy now is the “post-intellectual” age and its affinity with more ancient forms.
• We are presently on a binge of retrieving old television shows and old comic book characters as new movies—most recently, for example, another in the Batman series, and the film based on the series Lost in Space.
To live at the speed of light is to live mythically—in all times and spaces and cultures at once. Living mythically means far more than simply being more interconnected or being able to send messages to each other more quickly and easily than we could last year. It means living in a form of consciousness in which knowledge does not exist outside the knower, in a written or printed or recorded text, but instead has to be lived and dramatized, communally performed in much the same manner as the myths of our oral, tribal ancestors were performed. The massive movement of retrieval going on around us had its beginning a century ago at the time of the telegraph. But our present cultural flourish isn’t the end of the story; it is just the most recent chapter in a tale that is already some thousands of years in the making.



II

Call to mind the Grand Renaissance of the 15th and 16th centuries, the last renaissance universally acclaimed as such: a flowering and retrieval such as still holds the world in thrall. Technology: print; revival of learning, of ancient Rhetoric, and the of entire manuscript culture of the ancient world and the middle ages. Explosion of culture into new territory around the world: empire-building by Spain, Portugal, England. Technology of ocean-going ships, sail. Rabelais, Shakespeare, Montaigne, Cervantes ... Like the present one, this renaissance straddles two centuries: it began in the fifteenth and continued in the sixteenth century.

The same universal recognition holds true for the “medieval renaissance,” the renaissance of the 12th century. The fact that this renaissance is widely deemed to be of lesser significance is a matter of comparison only, so much is it overshadowed by the Grand Renaissance of the 16th century. Yet this period enjoyed a pronounced revival of learning due to the reappearance of paper supplies.
The renaissance of the twelfth century might conceivably be taken so broadly as to cover all the changes through which Europe passed in the hundred years or more from the late eleventh century to the taking of Constantinople by the Latins in 1204 and the contemporary events which usher in the thirteenth century, just as we speak of the Age of the Renaissance in later Italy ... More profitably we may limit the phrase to the history of culture in this age—the complete development of Romanesque art and the rise of Gothic; the full bloom of vernacular poetry, both lyric and epic; and the new learning and new literature in Latin. The century begins with the flourishing age of the cathedral schools and closes with the earliest universities already well established at Salerno, Bologna, Paris, Montpelier, and Oxford. It starts with only the bare outlines of the seven liberal arts and ends in possession of the Roman and canon law, the new Aristotle, the new Euclid and Ptolemy, and the Greek and Arabic physicians, thus making possible a new philosophy and a new science. It sees a revival of the Latin classics, of Latin prose, and of Latin verse, both in the ancient style of Hildebert and the new rhymes of the Goliardi, and the formation of the liturgical drama...
—Charles Homer Haskins, The Renaissance of the Twelfth Century, pages 6-8.

Where the renaissance of the 15th and 16th centuries was a renaissance of rhetoric and audience-making, that of the 12th century was a renaissance of manuscript culture and the ancient tradition of literary studies, the translatio studii.
But look: in each case there is a four-century gap between one renaissance and the next: 12th, 16th, 20th. THAT is the cycle or pattern that I have found. For thousands of years, the West has undergone a renaissance at regular intervals. It is as if, every four centuries, a window opens and a new kind of light streams into and through our culture. We have seen three renaissances that show a pattern. Are there others?
In the eighth century AD: Charlemagne and the Carolingian renaissance and the Carolingian empire. The stirrup: mounted shock combat invented by the Franks of the eighth century. (Cf. Lynn Whyte Jr.’s Medieval Technology and Social Change) “Antiquity imagined the centaur; the Middle Ages made him the master of Europe.” Bede . . . Alcuin . . . St. Boniface . . . In the eighth century, England held the intellectual leadership of Europe, and it owed this leadership to the Church. From this time date the earliest written records of Old English. In the 8th C., English vernacular literature and the arts received new impetus. Workers in stone and glass were brought from the continent for the improvement of church-building. Islam was on the rise.
Charles the Great—he was crowned Holy Roman Emperor by Pope Leo III in Rome in A. D. 800—believed that his own preoccupation with the arts and sciences was the very duty of a ruler.
It has sometimes been alleged that idealism prompted the artists and scholars of Europe to gather at the court of Charlemagne in order to unite their efforts for the cultivation of classical beauty and wisdom. They were, after all, so the argument runs, true humanists who endeavoured to re-kindle the fire of culture and to keep it alive for coming generations. They had no interest in material gain. Alcuin, the model of this kind of humanism, repeatedly praised poverty and impressed his idealistic motives upon his readers. Notker, also, explained that the first of the “humanists” had not been prompted by desire for material gain when they had first approached the royal court.

The fallout of this renaissance included the partition of Europe and the decline of the tribal structure of that continent, the rise of the royal houses, and the schism between the Eastern and Western churches.

In the fourth century AD: St. Augustine, St. Jerome, Martianus Capella... Constantine 288-337 or so, establishes Christianity as the religious foundation of Western civilization. The West repels assaults by Persia and Eastern empires.
The Edict of Milan, 313, gave for the first time full legal recognition to the Christian community. The Council of Nicea, 325, was the world’s first Ecumenical Council. At this time, too, the first example of Caesaropapism: the emperor’s becoming head of the Christian commonwealth precipitated a massive retrieval and refurbishing and renewal. May 11, 330, saw the foundation of Constantinople. This city was intended from the outset to be the centre of art and learning. Charlemagne built its libraries and stocked them with Greek manuscripts from an antiquity that included the great products of classical Greece. He filled the streets and squares and museums with art treasures drawn from all over the Greek orient.
So far, the “window” has opened with a subtle but persistent rhythm, and we have a pattern of renaissances and intervals that occur in a four-century cycle. Where did the cycle originate? Does it extend further; does it make the jump from Christian Europe back—to Roman or, even further, back into Greek culture?
In the zero century: The emperor Caesar Augustus undertook a massive program of cultural reform. It undertook a careful retrieval of ancient Roman values and culture. Augustus revived and reestablished the office of vates, the poet/priest of the temple of Palatine Apollo, devoted to the spiritual side of Roman culture. It had a cultural priesthood devoted to the “sacred” responsibilities of poetry and the arts, and gave high salience to the work of Horace, Varro and Vergil. This time was a period also of moral and social reform.
Christianity.
Horace.
Cicero.
Quintilian.
Juvenal.
Persius ...

Fourth and fifth centuries, BC: The bare litany of names brings to mind that convulsion of Greek society and culture that represents the sudden flowering; Alexander; Classical Athens; the mature Aristophanes; the transition from Old Comedy to New Comedy; Plato and his war on the poetic establishment; Aristotle and the revolution called logic; Diogenes; Euclid and the revolution called geometry; Isocrates and the revolution in rhetoric; Xenophon...

In the eighth and ninth centuries, BC: Homer's period, and Hesiod’s, and so this was the age in which the first major retrievals due to alphabetic writing are experienced. The Theogony was used as a pattern for retrieving and systematizing the Greek religion and to regularize their ideas of the gods and goddesses. This was also the time of the Hoplite revolution, occasioned by bronze armour and by the innovation of cavalry. Hoplites (meaning phalanx) were heavily armed infantry: helmet with nose- and cheek-guards (first seen at Corinth), a breastplate or cuirass (Chalcis) and greaves—all made of bronze. Add to this a heavy elliptical or round bronze shield (Argos) secured to the left arm; and, as weapons, a short, straight iron sword (Chalcis) and a nine-foot-long thrusting spear. The phalanx: a tight mass of soldiers eight lines deep featuring corporate, cohesive, disciplined action rather than the older individual heroic action (—Michael Grant, p. 13).

This eighth-century revolution affected not just the arts but every walk of life. It accompanied the maturity of the Greek Iron Age . . . Iron had been in use from before the turn of the millennium (the ‘early Iron Age’) but an enormous development of Iron metallurgy between c. 750 and c. 650 improved and accelerated the speed and efficiency of life in many fields, and under this more stable mode of existence the population of Greece multiplied to a remarkable extent.
This increased number of inhabitants encouraged a wholesale switch from pasturage to arable farming, and food-production notably intensified. (page 7).

See also R. Higg, ed., The Greek Renaissance of the Eighth Century B. C.—Tradition and Innovation (Stockholm, 1983).

The twelfth century, BC: This was called the Golden Age; it was the age of the Trojan war. It marked the beginning of the great Classical Period in Greece—yet another revival and flowering. You can fill in the details . . . [According to Michael Grant, Iron-working begins at this time. Such a technology would have been quite enough by itself to give rise to a renaissance. And to sustain a war.)

The sixteenth century, BC—but here we are so far back in pre-history that events are difficult to date with any certainty, or even to assign to a particular century. We do know that this is the time of Linear A and Linear B, each a syllabary for writing Greek before the alphabet), and also the time of Mycenae and a sudden flowering of their arts.
Writing systems of any kind are enormously powerful and have tremendous effects on virgin cultures. While tablets of stone or clay make moving information slow and awkward, their durability supports time-binding. The society that uses them re-forms around the new knowledge monopoly: a temple bureaucracy. By contrast, writing on paper or papyrus or some other lightweight, portable (and less durable) medium shifts the emphasis from time-binding to control of space. Enhanced portability meant that written information could be moved more swiftly, enabling a centralized bureaucracy to administer vast far-flung territories. Consequently, cultural and political control also shifts with these new media away from temple control and into military bureaucracy.
Piecing together events in the 20th and 21st centuries, BC involves a great deal of guesswork and groping: the historical data is particularly cloudy and ill-defined. It is hard to tell whether the cycle is intact at this remove, or whether it has begun to dissolve or smear.

In any case, the curious thing that emerges from seeing this four-century cycle is the realization that

We in the West have NO other renaissances.

That isn’t to say that nothing else goes on in the intervening centuries, that nothing of consequence happens elsewhere in the cycles: it does, beyond question. But whatever does go on at those times does not qualify as a full-scale renaissance of the sort we’ve been watching.
Now, I realize that the cycles are clearly not at all exact. As Haskins pointed out, when one is dealing with effusions such as renaissances,
Chronological limits are not easy to set. Centuries are at best but arbitrary conveniences which must not be permitted to clog or distort our historical thinking: history cannot remain history if sawed off into even lengths of hundreds of years.
—C. H. Haskins, The Renaissance of the Twelfth Century, pp. 8-9

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